Después de la caída de la Unión Soviética, Ucrania sigue manteniendo el segundo ejército más grande en Europa, después de Rusia. El país tiene 45,2 millones de habitantes, 77,8% de los cuales son ucranianos, rusos17,3%, bielorrusos 0,6%, moldavos 0,5%, polacos 0,3%, judíos 0,2% y otros 3,3%.
De la Unión Soviética formaban parte 15 países: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán, permaneciendo juntos casi 70 años.
Quién podía imaginar que en el año 1991 los ciudadanos derribarían las estatuas de Lenin, símbolo de la desintegración de la URSS. Como política interior iniciaron el proceso de democratización lanzando dos conceptos revolucionarios: “Perestroyka” y “Glasnost” (O libertad de expresión). Todo se debía reformar radicalmente, pero en lugar de poner en práctica los cambios y aplicar la “perestroyka” que había sido concebida para resolver los cambios en el sistema, el partido comunista solo obstaculizaba el proceso. El resultado fue una caída de la producción, el rublo se hundió, los salarios y las pensiones se dejaron de pagar regularmente. En definitiva, fue un fracaso, ya que era imposible pasar de un sistema económico a otro en 500 días como se había previsto. La política exterior de Gorbachov fue tan criticada como los errores de la “perestroika”.
El 24 de agosto de 1991 Ucrania se declaró como un país independiente y comenzó una nueva época. Desde entonces el país recuperó su propia cultura, música y tradiciones. Tras el paso de los años Ucrania volvió a desarrollarse a nivel cultural, presumiendo de su arquitectura en las ciudades más importantes como: Kiev (la capital) Odesa, Dnepropetrovsk y Lviv que siempre ha sido la capital cultural del país. Lviv- llamado también como Leópolis- es una ciudad construida en 1256 por polacos y fue declarada Patrimonio de la Humanidad. A parte de la arquitectura, Ucrania es famosa por sus zonas montañosas llamadas “Cárpatos” donde se concentra toda su naturaleza y sus increíbles paisajes que deslumbran tanto en verano como en invierno. A pesar de que el clima del país es frio, en el sur podemos disfrutar de las vastas playas del mar Negro y del mar Azov.
Aunque antiguamente había pertenecido a un país comunista, un país sin propias opiniones ni derecho a viajar, la Republica se ha convertido en una democracia, con un alto nivel cultural que abraza los intercambios multiculturales y la perspectiva de unirse a la Unión Europea.
María Grunyk
Redactora de OHRE.
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