EL APOYO DE LA ADMINISTRACIÓN RUSA FORTALECE EL AUGE DEL EMPRENDIMIENTO EN EL PAÍS ESLAVO

Rusia se ha convertido en una de las cinco potencias emergentes del mundo en tan sólo 15 años

A la hora de hablar de Rusia, se tiende a reproducir una serie de lugares comunes en torno a su dependencia de las materias primas o las enormes diferencias con Occidente. Pero lo cierto es que en los últimos 15 años Rusia ha vivido una fuerte transformación, en la que ha pasado de ser un país en desarrollo que buscaba adaptarse aceleradamente a la economía de mercado a convertirse en una de las cinco potencias emergentes del planeta y la 15ª economía mundial.

Ciertamente, esta recuperación del poder económico de Rusia se ha asentado sobre todo en la exportación de gas y petróleo- con un gigante como Gazprom, la compañía más grande de Rusia, y LUKoil – pero tanto el Gobierno como el sector privado no pierden de vista que es necesario desarrollar sectores económicos de mayor valor añadido. En este contexto es cuando cobra especial relevancia el panorama emprendedor ruso. Los primeros emprendedores del país surgieron en la década de los 90, poco después del final de la URSS. Ejemplos como Serguei Galitskin –fundador de la cadena de supermercados Magnit- y Andrei Rogachev –pionero en la venta de artículos de consumo a gran escala- sirven como modelo a muchos nuevos empresarios rusos.

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Cualquier empresario ruso puede abrir su negocio en tan sólo once días a un coste de unos 71 euros

 Si nos centramos en el entorno político y jurídico, Rusia es un país proteccionista, lo que dificulta la interacción de los emprendedores con el extranjero. En cambio, de cara al interior observamos un avance en indicadores clave del emprendimiento, como el tiempo que necesita un nuevo empresario para poner en marcha un negocio o la cantidad de horas dedicadas a tareas administrativas y fiscales. Por ejemplo, según datos del Banco Mundial, el tiempo necesario para iniciar un negocio ha pasado de 29 días en 2011 a sólo once en 2016. El coste estimado es de 4.900 rublos (unos 71 euros), divididos entre los gastos de notaría, registro de la empresa ante el Servicio Federal de Impuestos y apertura de una cuenta de negocios bancaria.

 Por otro lado, la Federación Rusa dispone de tres grandes instituciones de desarrollo que canalizan fondos estatales para fomentar el emprendimiento: la Fundación Skólkovo, Russian Venture Company (RVC) y Russian Corporation of Nanotechnologies (Rusnano).  La Fundación Skólkovo [ver imagen] se emplaza en el complejo del mismo nombre, a 30 kilómetros de Moscú, y trabaja para aunar los esfuerzos de instituciones educativas y empresas de ciencia y tecnología. Su objetivo es que dentro de 20 años exista un ecosistema completo de startups en Rusia, al estilo del Silicon Valley californiano. Por su parte, Russian Venture Company trabaja en la financiación de capital de riesgo. Posee inversiones en más de diez fondos formados junto a inversores privados, con un valor total de 850 millones de dólares invertidos en centenar y medio de empresas innovadoras. En cuanto a Rusnano, ha invertido más de 4.000 millones en cerca de cien empresas desde su fundación en 2007.

 La combinación del soporte público y privado junto a la mejora del marco jurídico-administrativo está resultando en un auge de la comunidad emprendedora de Rusia, que en los últimos años está creando nuevas asociaciones y desarrollando una mayor actividad en organizaciones regionales.

 Juan Miguel Revilla

Colaborador de OHRE



Categorías:ECONOMÍA, Rusia

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