MOHAMED BIN SALMAN Y EL FUTURO DE ARABIA SAUDÍ

Los cambios en el hermético régimen saudí vaticinan un giro social, económico y político de gran calado, todo esto de la mano del nuevo príncipe heredero, Mohamed bin Salman.

Descrito a menudo como un halcón en política exterior y reformista en materia económica y social, la subida al poder del Príncipe Mohamed bin Salman augura importantes cambios en Arabia Saudí. Si la línea sucesoria continúa tal y como está previsto, se puede prever que MbS ascendería al trono a una edad relativamente temprana -en comparación a sus predecesores-, y por tanto podría disponer de décadas para amoldar el país.

Bajo la buena estrella del rey Salman

La escalada política oficial de Mohamed bin Salman comenzó en 2015 cuando, tras ascender al trono su padre Salman bin Abdulaziz, fue nombrado Segundo Príncipe Heredero, ministro de Defensa y Secretario General de la Corte Real. Para entonces, y con solo 29 años, ya arrastraba una larga carrera política con puestos como ministro de Estado o asesor de su padre durante sus cargos como gobernador de la Provincia de Riad o ministro de Defensa.

Su consolidación en el poder tuvo lugar el pasado mes de junio cuando el rey Salman lo nombró Príncipe Heredero en sustitución de su sobrino, Muhammad bin Naif bin Abdulaziz Al Saud, despojado también de su puesto como ministro de Interior.

Junto con este cambio en la línea sucesoria, el rey introdujo otras dos reformas. Primero, se modificó el régimen del Consejo de Lealtad para que el Gobierno pueda ser ejercido también por los nietos del fundador del reino, y no solo por sus hijos. En segundo lugar, implementó un cambio por el cual el príncipe heredero debe ser de la misma línea sucesoria del rey, legitimando así el nombramiento de MbS.

Se cree que el carismático príncipe, del cual se dice que es el hijo predilecto del rey, es quien ha estado detrás de las reformas y movimientos políticos emprendidos por el gobierno de Salman.

 

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El Rey Salman (izquierda) acompañado de su hijo (derecha) y sobrino (centro) / Fuente: The New Yorker

Purgas y consolidación del poder

A comienzos del mes de noviembre el Príncipe Heredero llevó a cabo otra maniobra política con el arresto de eminentes políticos, príncipes y empresarios. Los detenidos en base al decreto real del Comité Supremo Anticorrupción incluyen más de una treintena de ministros -tanto en ejercicio como retirados- y numerosos príncipes, entre ellos el multimillonario Príncipe Alwaleed bin Talal, una de las personas más ricas del mundo.

Otro de los detenidos el pasado sábado 4 de noviembre es el Príncipe Miteb, jefe de la Guardia Nacional. Este organismo, fundado por su padre el rey Abdullah y de intrincado carácter tribal, podría ser el último y único cuerpo autónomo fuera del alcance del Príncipe Heredero.

Con una Guardia Nacional descabezada, el Ministerio de Defensa bajo su mando y un Ministerio de Interior sin potestad en asuntos de seguridad interna tras la reciente creación por el propio MbS de la Presidencia de Seguridad del Estado, el Príncipe Heredero ha conseguido unificar las estructuras militares y de seguridad bajo su poder.

Este movimiento se suma a la campaña emprendida tras la deposición de su primo, actualmente bajo arresto domiciliario en su palacio. Experto en antiterrorismo, con estudios realizados en Norteamérica y una dura postura contra Al-Qaeda, algunos analistas consideraban a Muhammad bin Naif bin Abdulaziz como una de las figuras más pro-estadounidenses del régimen.

Previo a las recientes detenciones, nos encontramos con una larga lista de intelectuales, activistas y clérigos que han sido arrestados en los últimos años por criticar al régimen saudí.

Cambios fuera y dentro de Arabia Saudí: labrando un largo reinado

Tras décadas de complicadas relaciones, en los últimos meses hemos asistido a un realineamiento en las relaciones entre el Kremlin y la monarquía Saud. A pesar de sus posturas encontradas en el conflicto sirio, la monarquía del Golfo no puede negar la creciente influencia de Rusia en Oriente Medio, en claro contraste con la creciente desvinculación de Estados Unidos.

Así, el pasado mes de octubre el rey Salman realizó una visita histórica a Moscú; fruto de esta resultaron importantes acuerdos de comercio, energía, inversión y defensa, así como la compra del moderno sistema ruso de defensa aérea, el S4000, por valor de 3 mil millones de dólares.

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El rey Salman y Putin durante la visita del monarca a Moscú / Fuente: Toronto Star

Los cambios en política exterior no se quedan ahí; si algo ha caracterizado a MbS desde su toma de posesión del cargo de ministro de Defensa es su postura firme ante el régimen chií en Irán y los hutíes en Yemen.

Es posible que en el futuro las relaciones entre Riad y el Kremlin estén condicionadas por cómo se posicione Rusia respecto a Irán. De hecho, ya ha habido algunos -aunque poco exitosos- intentos por parte de la monarquía del Golfo de condicionar las relaciones económicas con Moscú a una desvinculación con Teherán.

Este acercamiento a Rusia se podría interpretar no solo como un intento de suplir el vacío que Washington está dejado en la región, sino también como una vía para proporcionar aliados al Príncipe Heredero en el exterior, especialmente ahora que Estados Unidos se ha convertido en un competidor en el mercado del crudo. Así, el rey Salman estaría intentando compensar la mancha que ha dejado en la imagen de su hijo el fracaso en la guerra de Yemen, intervención que este mismo inició en marzo de 2015.

La llegada de MbS a poder también preconiza grandes cambios en el interior del país. El Príncipe Heredero se ha manifestado partidario de virar hacia un islam más moderado, lo cual podría implicar futuras reformas de calado histórico en el país que representa el baluarte del wahabismo.

Las detenciones del sábado 4 de octubre y los esfuerzos por limitar la fuerte influencia del clero en la política, denotan la intención del futuro rey de centralizar los focos de poder bajo su mando. De hecho, el pasado año el gobierno retiró a la policía religiosa su derecho a llevar a cabo detenciones

Estos cambios que se están instaurando desde arriba tienen el objetivo de afianzar la posición del futuro monarca. Diversificar la economía para ser menos dependiente del petróleo o permitir que las mujeres conduzcan son algunas de las medidas de modernización económica y social empujadas por el Príncipe Heredero. MbS tiene presente que más de la mitad de la población de Arabia Saudí es menor de treinta años, y que es en este segmento en el que se tiene que enfocar si quiere garantizar la estabilidad de su reinado.

Mohamed bin Salman podría llegar a superar los 51 años del reinado de su abuelo y fundador del reino, Abdulaziz. Los acontecimientos de los últimos meses pueden interpretarse bajo diversos prismas, pero lo que es innegable es que a Arabia Saudí le aguarda un futuro de grandes cambios bajo el impulso del Príncipe Heredero.

Teresa Romero Villarreal

Redactora OHRE



Categorías:Oriente Medio

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