El Ártico, una zona helada del planeta rodeada por cinco países, con cada vez más interés en este territorio. Cuatro de estos países pertenecen a la OTAN y el ultimo es Rusia, pero la zona recibe influencia étnica y política de hasta ocho países.
Hoy en día el calentamiento global es algo totalmente real y palpable. Uno de sus efectos es el deshielo del Ártico lo que produce un cambio climático que afecta a todo el mundo, como pueden ser nuevas y poderosas tormentas, huracanes, sequías. A pesar de los efectos que está produciendo este deshielo, hay países que ven un potencial en que el clima de esta zona este cambiando. Al desaparecer los bloques de hielo las comunicaciones marítimas entre el extremo oriente y Europa o América mejoran, se facilita la construcción de plataformas petrolíferas y gasíferas, según Administración de Información de Energía de EE.UU. (EIA) en el Ártico se acumula el 30% de gas a nivel mundial y un 13% de petróleo, además de minerales como oro, platino, diamantes, tierras raras…, y se produce una zona geoestratégica muy importante, con posibilidad de atacar con un misil intercontinental a cualquier punto del hemisferio norte.
Estados Unidos-Sus costas le otorgan el control
de la nueva ruta ártica del Noroeste y parte del Ártico debido a la proximidad de Alaska., pero Estados Unidos pretende extender su límite de las 200 millas marítimas y así obtener el control de parte del Ártico.
Canadá-Es otro país que debido a su cercanía y a su gran cantidad de costas que inciden en el Ártico será un país que
controlará un territorio importante, es por ello que Canadá comienza a poner bases militares en el Ártico, mejora su flota de rompehielos y entrena militares en este terreno para enfrentarse ante cualquier conflicto en el futuro. Es interesante remarcar que Canadá es el primer país que desde 1973 reclama que el Ártico le pertenece.
Dinamarca: Reclama parte de la cordillera de Lomonosov lo que les daría un acceso a 900 mil kilómetros cuadrados del Ártico y ser el País que controle el Polo Norte.
Noruega: es el país que menos territorio reclama. Noruega se centra en extender más su zona de explotación de hidrocarburos.
Rusia: Su objetivo desde 2001 es que la ONU reconozca como rusa la Dorsal de Lomonósov. Esta zona, que es una cordillera submarina, es en sí una extensión de Eurasia lo que haría aumentar las millas marítimas rusas más allá de las 200 que tiene actualmente, esto haría que Rusia tuviese el control legal de la mitad del ártico y estaría en su territorio el polo Norte.
Este cambio no solo haría a Rusia ser la propietaria de la mayor cantidad de hidrocarburos del ártico sino también controlaría la ruta más importante entre Japón y Europa, reduciendo a la mitad la ruta actual que debe pasar por el canal de Suez. Según el general del ejército Leoníd Ivashov y presidente de la Academia Rusa de Problemas Geopolíticos afirmó que “La Ruta marítima del Norte se libera de hielo, haciéndose más navegable y reduciendo en miles de kilómetros el tránsito de la carga en el hemisferio oriental, lo que convierte al Ártico en una región geopolítica importante»; Los países tienen claros sus objetivos y las presiones que ejercen hacen muy posible que en unos años veamos el Ártico siendo disputado, con fronteras, bases militares, zona de explotación de recursos… haciendo de esta zona un Berlín de 1945, un territorio en el cual se encontrarían más fronteras y demasiados intereses. Es por ello por lo que todos los países comienzan a militarizar el Ártico, Rusia consta de 13 bases militares y la OTAN de 16. Estas bases comienzan a tener el armamento más moderno como rompehielos de última generación, cazas que sobrevolaran el Ártico y militares especializados en esta zona.
Las guerras actuales son por los recursos energéticos, los ejemplos más claros son en medio oriente con Irak, Siria, Afganistán… y está claro que las próximas guerras también serán por estos recursos y el Ártico es una reserva inmensa de ellos.
Joaquín Bravo
Redactor
Categorías:GEOPOLÍTICA