George Soros
Nacido en el año 1930 en Budapest en el seno de una familia judía, tuvo una adolescencia cuanto menos compleja. Con la invasión de Hungría por parte de los ejércitos de Hitler, la familia Soros, como tantos otros judíos, tuvieron que esconderse penosamente para no acabar en un campo de exterminio. Tras la guerra, emigró a Inglaterra donde estudió Filosofía, trabando amistad con el conocido filósofo Karl Popper, que será su filósofo de cabecera.
A mediados de los 50 se irá a EEUU y allí comenzará su carrera especuladora. Trabajó en varios fondos de inversión con bastante éxito hasta que decidió fundar su propia empresa: Quantum Fund. El trabajo de esta empresa le dará cuantiosas ganancias a Soros, que se convertirá en millonario.
No será hasta 1992 cuando Soros saltó a la fama mundial. Dentro del sistema monetario europeo de 1979, los países miembros de este sistema se comprometían a que su moneda no se devaluase en unos límites, es decir, que no fluctuase demasiado. George Soros aprovechó la crisis británica y esta coyuntura monetaria para apostar fuertemente contra la libra esterlina. En un solo día, el 16 de septiembre de 1992, George Soros ganó más de mil millones de dólares haciendo caer el tesoro británico. Desde aquel día se conoce a Soros como el hombre que rompió el Banco de Inglaterra.
«Soy un jefe de estado sin estado».
Tras esta hazaña de dudosa ética, Soros no ha dejado de hacer este tipo de operaciones de desestabilización de estados soberanos con fines especulativos. Al multimillonario húngaro se le ha relacionado, entre otros, con las revoluciones de colores de Europa del este en los años dos mil. Estas revoluciones reunían una serie de características comunes como el pacifismo de las mismas o su supuesta espontaneidad popular. Lo cierto es que, detrás de estas revoluciones populares, ha estado siempre los intereses de George Soros que ha financiado las revueltas para cambiar los gobiernos a su antojo.
En la actualidad, George Soros preside la Open Society Foundation, una asociación supuestamente sin ánimo de lucro, a través de la cual actúa Soros. El funcionamiento de esta ONG es bastante complejo, ya que se dedica a financiar a otras ONG, fundaciones de generación de ideas o medios de comunicación. Su objetivo último es la de crear opiniones públicas favorables a sus objetivos creando inestabilidad social por medio de organizaciones sociales (ONG), desarrollando supuestas ideas intelectuales para llevar a cabo su objetivo y creando un panorama mediático favorable a los cambios deseables.
Actividad a tres niveles: social, intelectual y mediático.
Si en los años dos mil George Soros fue actor protagonista en las revoluciones de Europa del Este, en la segunda década del siglo XXI su actividad no ha cesado. Al multimillonario se le asocia con las revueltas del Mediterráneo sur de estos últimos años, conocidos como la Primavera Árabe. También en revoluciones como la que conllevó la independencia de Kosovo o la revuelta del Maidán tienen la alargada sombra de Soros.
Hoy en día, la actividad de George Soros se centra en la independencia de Cataluña, en donde está pujando fuertemente por el avance soberanista. Del mismo modo, se asocia a Soros con todos los movimientos de desestabilización de la Unión Europea. A este respecto, está habiendo en los últimos años un movimiento generalizado de oposición a las actividades del «filántropo» Soros. Austria ha expulsado a sus organizaciones del país, Estados Unidos se está planteando lo mismo y Rusia hace tiempo que ya desterró a Soros de sus fronteras. La situación rusa es especialmente relevante, ya que muchas de las actividades de George Soros, especialmente las llevadas a cabo en el espacio exsoviético, cuentan con un fuerte componente rusófobo, yendo contra los intereses de Moscú. En algunas situaciones se llegó incluso a la confrontación armada directa, como la revolución de Ucrania.
En conclusión, se puede definir a George Soros como un personaje que ha hecho su fortuna a través de la injerencia directa en asuntos internos en estados soberanos. Su actividad podría no estar ajustada a derecho internacional, violando constantemente la soberanía de estados independientes.
Marcelo Brage
Redactor
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