EL OPIO, LA VERDADERA GUERRA EN AFGANISTÁN

Unas 16,5 millones de personas consumen al año opiáceos  como el opio o la heroína generando a nivel mundial beneficios de 68.000 millones de dólares de los Estados Unidos en 2009

El próximo Oriente ha sido siempre el productor de opio para Europa y para el resto del mundo, ya en siglo XVI se usaba de forma regular para tratar dolencias, pero no fue hasta 1830 que la industria farmacéutica la introdujo en todos los barrios. Las ventas se dispararon ya que los medicamentos que contenían principios activos de opio eran capaces de producir euforia, y eliminar los dolores. El problema fue la cantidad de adictos que generaba, con sus respectivas consecuencias, y es por ello por lo que muchos países comenzaron a ilegalizar la producción y el consumo. Afganistán la prohibió en 1945 y la prohibición a nivel mundial llego en 1961, aun así, el consumo no ha bajado y la producción ha llegado a la gran escala y actualmente su mayor productor ha aumentado un 89 por ciento su producción, hablamos de Afganistán que produce el 93% del opio mundial y representa más de la mitad de su PIB.

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Afganistán, igual que sus países vecinos, tiene un terreno y un clima que limita la producción de cultivos típicos, pero favorece el cultivo de la adormidera debido a que esta no necesita mucha agua y crece mejor en climas frescos. Es por ello por lo que desde 1938 -según los primeros registros- se cultiva esta planta.

Pero cómo es posible que a pesar de su prohibición mundial su consumo aumente día sí y día también y Afganistán no abandone dicho cultivo cuando sus países vecinos si lo han hecho.

El dinero que genera a nivel mundial es enorme y cualquier grupo que intervenga en dicha operación puede recibir gran beneficio y al igual que en la película ‘Diamantes de Sangre’ la mejor forma de controlar la producción es tener un gobierno débil que combate una guerrilla y un actor exterior que busca la “paz”.

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Los estadounidenses llevan 16 años en Afganistán y nunca han hecho nada en contra de la producción y el tráfico de opio, morfina, heroína y sus derivados. Al contrario, han sido totalmente permisivos y esto tiene una razón económica y geopolítica clara, y es que como dice Alfred McCoy, el opio «surgió como fuerza estratégica en el medio político afgano por parte de la CIA para financiar sus actividades y hoy en día se mantiene». Es por ello por lo que Ahmed Wali Karzai, hermano del anterior presidente de Afganistán, fue acusado de colaborar con la CIA y controlar negocios de heroína.

Las críticas y las presiones internacionales que recibió el gobierno estadounidense hicieron buscar una solución a la problemática del opio, y es por ello por lo que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) desarrolló un listado de los productos que podría producir Afganistán y sustituir la producción de opio. El más rentable, indicaban, sería el cultivo de algodón ya que podría prosperar en tierras afganas, pero al enterarse los productores de algodón estadounidense pusieron todas las trabas posibles a que este mercado prosperase puesto que le podría hacer una importante competencia. Este lobby impidió que Afganistán tomase un nuevo rumbo económico.

El opio es igual que cualquier otra materia prima que tenga una alta demanda, el mercado del opio esta valorado sobre los setenta mil millones de dólares, diez menos que el mercado de diamantes. El opio, es una materia prima más que si se controla permite dominar todo su mercado. El control de Afganistán implica el dominio del 90 por ciento del mercado mundial del opio.

Además de tener acceso a millones de dólares, también se genera un poder geopolítico muy interesante, si alguna acción militar, milicia o grupo armado. necesita acceder a este mercado para financiarse debe aceptar ciertas condiciones. Esto no es algo nuevo ni tampoco debe sorprender, puesto que en la guerra de Laos (Guerra de Vietnam), grupos armados como el  Ejército Real laosiano y el Ejército Hmong se han venido financiando gracias a este mercado controlado por la CIA. El precio a pagar es responder a los intereses americanos.

En este sentido, Afganistán es prácticamente el ultimo territorio controlado por Estados Unidos y la droga es un arma que infecta a la sociedad, es por ello por lo que la CIA encuentra una ventaja táctica ya que esta droga se extiende a países vecinos y toma rutas como la del norte alcanzando directamente a Rusia, donde ha aumentado el consumo de opiáceos en los últimos años.

1461795411_137643_1461862669_sumario_normalLo preocupante es que el consumo no baja, todo lo contrario, está aumentando de forma vertiginosa y esto significa que la problemática llega a niveles históricos, siendo la principal razón de muerte en Estados Unidos en menores de 50 años. En España están habiendo repuntes del consumo y Rusia actualmente tienen entre su población un creciente porcentaje de jóvenes adictos, llegando a superar los dos millones de adictos.

Afganistán y sus “riquezas” son muy importantes para la CIA y es por ello por lo que mantiene la guerra y la refuerza con más militares cada año, pero Estados Unidos tiene que tener claro que las drogas son un arma de doble filo y que si sigue protegiendo este mercado acabara enfermando como lo están haciendo sus ciudades, donde el consumo se dispara. Como dijo Greg Musto, experto en drogas de la Casa Blanca en 1980 antes de intervenir en Afganistán, «esa crisis (refiriéndose a la problemática de las drogas) está llamada a empeorar».

 

 

Joaquín Bravo

Redactor



Categorías:Oriente Medio

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